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Fundación CARF

3 julio, 24

cuadro escapulario virgen del carmen san simon stock

¿Qué es el escapulario de la Virgen del Carmen?

El escapulario es un signo exterior de devoción mariana, que se fundamenta en la consagración a la Santísima Virgen María. Puede ser por medio de la filiación en la Orden Carmelita o a otras órdenes religiosas. El verdadero sentido del escapulario viene del corazón de quien lo usa. Señala algo que está en su interior, en su fe, en sus propósitos y en su conversión.

El peligro con cualquier signo externo es que permanezca precisamente sólo como algo externo, sin embargo, es crucial que vivamos interiormente lo que el escapulario representa. La Santísima Virgen María en su advocación del Carmen (monte Carmelo) es el ejemplo perfecto de lo que significa seguir a Cristo.

¿Qué es el escapulario y para qué sirve?

La palabra escapulario deriva del latín “scapularium”.  “scapula”, que puede traducirse como “espalda” u “hombro” y “-ario”, que se utiliza para indicar relación o pertenencia.

Este término se emplea para aludir a una prenda utilizada por órdenes religiosas a modo de vestimenta monacal o una pieza de devoción.

Origen y tipos que existen

Originariamente el escapulario era un delantal usado por los monjes durante el trabajo, para no ensuciar la túnica.

Escapulario monacal

Consiste en una tira con una abertura por donde se mete la cabeza y que cuelga sobre el pecho y la espalda. Este escapulario es una pieza del hábito que aún hoy usan los carmelitas  como símbolo del yugo de Cristo.

Con el tiempo, las órdenes religiosas como franciscanos, dominicos, agustinos y carmelitas, dieron a los laicos que buscaban participar de su espiritualidad, un signo de unión y pertenencia. Ciertos elementos de los hábitos de cada orden se convirtieron en un símbolo de identidad. Entre los carmelitas se estableció el escapulario reducido de tamaño como la señal de pertenencia a la orden y expresión de su espiritualidad.

Escapulario devocional

Por ello, el escapulario devocional deriva del monacal, pero es mucho más pequeño. Este se compone de dos trozos de género que están unidos mediante cintas así se pueda colgar al cuello y cumplir su objetivo devoto.

Los escapularios devocionales más conocidos son el de la Virgen del Carmen (marrón), de la Virgen de la Merced (blanco), de la Pasión (rojo), de la Inmaculada Concepción (azul), de la Trinidad (blanco), de la Virgen de los Dolores (negro) y de san José (morado).

Muchos de estos han sido aprobados e indulgenciados por la Iglesia. Pretenden recordar a quienes los llevan los deberes e ideales de la orden correspondiente.

Escapulario virgen del carmen
El escapulario de la Virgen del Carmen es siempre de tela marrón.

¿Cómo se debe usar el escapulario?

Los escapularios consisten en un cordón que se lleva al cuello con dos piezas pequeñas de tela. Una se pone sobre el pecho y la otra sobre la espalda y se suele usar bajo la ropa.

En el caso de las monjas carmelitas descalzas, el escapulario sigue siendo parte de su vestimenta, que como lo determinó su fundadora santa Teresa de Jesús, es pobre y austero, de tejido de color marrón, compuesto del hábito propiamente dicho, correa, toca, velo y capa blanca que se usa en determinadas ocasiones (Regla, 1991: 89).

Para ellas, llevar el escapulario carmelita, significa manifestar la pertenencia a su orden y el compromiso de revertirse de las virtudes de la Virgen María (Ibíd., 1991: 65).

Significado espiritual del escapulario

El escapulario es un signo del amor y protección maternal de María y de su llamada a una vida de santidad y sin pecado. Por ello, usar el escapulario es una respuesta de amor a la Santísima Virgen María que vino a darnos el regalo de su misericordia. Debemos usarlo como recordatorio de que deseamos imitarla y vivir en gracia bajo su manto protector.

El amor y la protección maternal de la Virgen María

La protección maternal está representada en la Biblia por un manto o una tela. Vemos como la Santísima Virgen María cuando nace Jesús lo envuelve en un manto. La Madre siempre trata de cobijar a sus hijos.

Envolver en su manto es una señal maternal de protección y cuidado. La Santísima Virgen María, nos cubre de nuestra desnudes espiritual representando este abrazo por medio del escapulario.

Le pertenecemos a la Santísima Virgen María

El escapulario se convierte en el símbolo de nuestra consagración y pertenencia a la Virgen María. Reconocer su misión de Madre sobre nosotros y entregarnos a ella para dejarnos guiar, enseñar, moldear por Ella y en su corazón. Así podremos ser sus instrumentos para la extensión del Reino de Dios.

«Que el escapulario sea tu signo de consagración al Inmaculado Corazón de María, lo cual estamos particularmente necesitando en estos tiempos tan peligrosos» (Papa Pio XII , 1950).

El yugo de Cristo

El escapulario simboliza también ese yugo que Jesús que nos invita a cargar, pero que La Santísima Virgen María nos ayuda a llevar.

«Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontraran alivio. Porque mi yugo es suave y mi carga liviana» (Mt 11:29 30).

 
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La primera vez que se representa la Entrega del Santo Escapulario a San Simón Stock es en el cuadro de Tomás de Vigilia que se conserva en el convento de Corleone (Sicilia) de 1492. 

El escapulario de la Virgen del Carmen

Es el escapulario carmelita es una devoción nacida en el siglo XII. Actualmente, está hecho de dos cuadraditos de tejido marrón unidos por cordones, que tienen a un lado la imagen de Nuestra Señora del Carmen, y en la otra el Corazón de Jesús, o el escudo de la Orden del Carmen.

Esta pequeña prenda recuerda el hábito de los carmelitas, por eso es de tela. Las personas que lo llevan se comprometen a vivir una vida de oración, devoción a la Santísima Virgen María y compromiso con la Iglesia.

Tras el Concilio Vaticano II, se dio un nuevo impulso al escapulario de la Virgen del Carmen porque se lo reconoció como «un signo sagrado, según el modelo de los sacramentos, por medio del cual se obtienen efectos, sobre todo espirituales, que se obtienen por la intercesión de la Iglesia» (Concilio Vaticano II -SC 60). Desde entonces, el escapulario carmelita es un sacramental, es decir, un signo que ayuda a vivir santamente y a aumentar nuestra devoción. No comunica gracias como lo hacen los sacramentos cristianos, sino que dispone al amor del Señor y al arrepentimiento si se recibe con devoción.

El uso del escapulario de la Virgen del Carmen es una devoción muy extendida entre los papas. Juan Pablo II la vivió durante toda su vida. »No era ningún secreto que él ha llevado el escapulario toda su vida y habló de él, como una expresión de su particular amor por la Virgen María» (P. Miceal O´Neill, Carmelita).

La Santísima Virgen María quiere revelarnos de manera especial el escapulario. En las apariciones de Fátima, reporta Lucia, hoy Hermana María del Inmaculado Corazón, que, en la última, la Virgen se apareció vestida con el hábito carmelita y con el escapulario en la mano. Y recordó que los verdaderos hijos de Ella lo usaran y que lo llevaran con reverencia. También que los que se consagraran a ella lo usaran como signo de dicha consagración.

La Promesa del Escapulario del Carmen

El escapulario carmelita es una manifestación de la protección de la Madre de Dios a sus devotos. Desde que el 16 de julio 1251 la Virgen del Carmen se apareció a San Simón Stock, y le dijo: «El que muera con el escapulario no padecerá el fuego eterno"». No se trata de un asunto de poca importancia, decía Pío XII, alcanzar la vida eterna en virtud de la promesa hecha por la Santísima Virgen.

Muchos Papas, santos y teólogos han explicado que esta promesa significa que quien tenga la devoción al escapulario y lo use, recibirá de La Santísima Virgen María a la hora de la muerte, la gracia de la perseverancia en el estado de gracia o la gracia de la contrición. Significa que la Virgen como dispensadora de gracias, nos ayudara a morir en estado de gracia, sin pecado grave o morir habiendo tenido un auténtico arrepentimiento.

El Privilegio sabatino

Este privilegio se basa en una bula que fue proclamada por el papa Juan XXII, también reconocida por Pío XII, después de la promesa de la Santísima Virgen María realizada durante una aparición.

En su bula llamada sabatina, el papa Juan XXII afirma que quienes usan el escapulario serán rápidamente librados de las penas del purgatorio el sábado (día que la Iglesia ha dedicado a la Virgen) que sigue a su muerte, a través de una intercesión especial de la Santísima Virgen María.

Condiciones para que el privilegio sabatino se pueda realizar:

  • Que usen el escapulario con fidelidad.
  • Observar castidad de acuerdo al estado de vida.
  • Rezar diariamente a la Santísima Virgen María. Buscar la comunión con ella por medio de la oración.
  • Participar con frecuencia de los sacramentos de la Iglesia, de la Eucaristía y de la confesión.

El Papa Pablo V confirmó en una proclamación oficial que se podía enseñar acerca del privilegio sabatino a todos los creyentes.

Las ventajas del privilegio sabatino fueron confirmadas por la Sagrada Congregación de las Indulgencias, el 14 de julio de 1908.

Imposición del escapulario

Cualquier sacerdote puede imponer el escapulario al devoto que lo solicite. Son muchos, los cristianos que le piden a los carmelitas que se lo impongan con una pequeña oración.

Tiene que ser bendecido por un sacerdote e impuesto por el mientras reza: «recibe este escapulario bendito y pide a la Virgen Santísima que, por sus méritos, lo lleves sin ninguna mancha de pecado y que te proteja de todo mal y te lleve a la vida eterna».

El Papa san Juan Pablo II escribió en relación con el escapulario: «Es un signo de la protección continua de la Santísima Virgen, no sólo a lo largo de la vida, sino también en el momento de la transición hacia la plenitud de la gloria eterna».

El escapulario nos une a María

Como un signo de consagración a María, la Madre de Dios, fue y sigue siendo muy importante. El uso del escapulario, es un compromiso a vivir las virtudes de María.

A través del escapulario de la Virgen del Carmen la familia carmelita desea compartir los dones de Dios y, de manera particular, el amor maternal de María, con todos aquellos que desean ser incluidos. María se hace cargo del cuerpo de Cristo: la Iglesia, del mismo modo como cubrió en pañales a su hijo cuando nació. El escapulario es un símbolo que expresa la protección de María para la persona que lo viste. Una madre ayuda al niño a crecer: María nos ayuda a ser lo que Dios sabe que podemos ser, y una madre enseña a su hijo a través del ejemplo. En Canaán, nos dice: «Hagan lo que él les diga». (Juan 2,5). Al mirarla aprendemos lo que significa ser un seguidor de Cristo.

Es un recordatorio del compromiso de María para nosotros y nuestro compromiso con María. Es un recordatorio de su constante presencia en nuestras vidas y su interés en nosotros. Ella es realmente una madre y una hermana que nos conduce y nos guía a Cristo en el que nos encontramos con la salvación. Está con nosotros en la vida y en la muerte: «Ruega por nosotros ahora y en la hora de nuestra muerte».

 «Señor, has que todos los que visten el escapulario con devoción, se vistan también con las virtudes de María para disfrutar de su incansable protección».


Con la colaboración de:

Opusdei.org
Carmelitas.org
Figueroa, M. Antonia. El escapulario: insignia de devoción mariana.
Marcelo del Niño Jesús. (1929). Instrucciones sobre la devoción al escapulario de Nuestra Señora del Carmen.
Corazones.org

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