«Jesucristo Señor Nuestro, nuestro Dios, instituyó los sacramentos, que son como huellas de sus pisadas, para que nosotros pisemos allí y podamos llegar al Cielo. Y uno de los sacramentos más hermosos, más consoladores, es el sacramento de la Confesión», san Josemaría Escrivá, Argentina, 15 junio de 1974.
Citaba san Josemaría y aquí te mostramos lo que decía sobre le sacramento como maravilla del Amor de Dios.
Cristo instituyó este sacramento ofreciéndonos una nueva posibilidad de convertirnos y de recuperar, después del Bautismo, la gracia de Dios.
«El sacramento de la Reconciliación es un sacramento de curación. Cuando yo voy a confesarme es para sanarme, curar mi alma, sanar el corazón y algo que hice y no funciona bien», Paus Franciscus, Algemene Audiëntie, 19 februari 2014.
Zoals alle sacramenten is dit een ontmoeting met Jezus. Tijdens de biecht vertellen we onze zonden aan Jezus. priester die handelt in de persoon van Christus en met het gezag van Jezus om te luisteren, leiding te geven, adequate boetedoening te bieden en de woorden van absolutie uit te spreken.
"In de viering van de Sacramento de la Reconciliación, el sacerdote no representa solamente a Dios, sino a toda la Comunidad, que se reconoce en la fragilidad de cada uno de sus miembros, que escucha conmovida su arrepentimiento, que se reconcilia con Él, que lo alienta y lo acompaña en el camino de conversión y de maduración humana y cristiana.
Alguno puede decir: “yo me confieso solamente con Dios”. Sí, tú puedes decir a Dios: “perdóname”, y decirle tus pecados. Pero onze zonden zijn ook tegen onze broeders, tegen de Kerk, en daarom is het nodig om vergeving te vragen aan de Kerk en de broeders, in de persoon van de priester.Paus Franciscus, Catechese van de woensdag, 19 februari 2013.
San Josemaría solía llamar a la Confesión el sacramento de la alegría, porque a través de él se recuperan el gozo y la paz que trae la amistad con Dios.
Este sacramento no solo restaura nuestra relación como hijos e hijas de Dios, sino que también nos reconcilia entre nosotros rehaciendo nuestra unión con el Cuerpo de Cristo, su Iglesia.
El Papa Francisco explicaba la importancia de la confesión con estas palabras: «el perdón de nuestros pecados no es algo que podamos darnos nosotros mismos. Yo no puedo decir: me perdono los pecados. El perdón se pide, se pide a otro, y en la Confesión pedimos el perdón a Jesús. El perdón no es fruto de nuestros esfuerzos, sino que es un regalo, es un don del Espíritu Santo».
Hay varios detalles que podemos tener en cuenta para hacerlo de un modo más profundo y efectivo.
Por ejemplo, podemos ayudarnos de una guía con las claves necesarias para un buen gewetensonderzoek. Es el momento de ser sinceros con uno mismo y con Dios, sabiendo que Él no quiere que nuestros pecados pasados nos opriman, sino que desea liberarnos de ellos para poder vivir como buenos hijos suyos.
De Catechismus van de Kerk stelt vier stappen voor voor een goede belijdenis. Deze drukken de weg naar bekering uit, die gaat van de analyse van ons handelen naar het handelen waaruit de verandering blijkt die in ons heeft plaatsgevonden.
Son cuatro los pasos que damos para poder recibir el gran abrazo de amor que Dios, nuestro Padre, nos quiere dar con este sacramento: «Dios nos espera, como el padre de la parábola, extendidos los brazos, aunque no lo merezcamos. No importa nuestra deuda. Como en el caso del hijo pródigo, hace falta solo que abramos el corazón», san Josemaría, Es Cristo que pasa, n. 64.
In het gewetensonderzoek tratamos de examinar nuestra alma en oración ante Dios, a la luz de las enseñanzas de la Iglesia, a partir de nuestra última confesión.
We denken na over die daden, gedachten of woorden die ons misschien van God hebben verwijderd, anderen hebben beledigd of ons innerlijk hebben geschaad.
Hay varios detalles que podemos tener en cuenta para hacerlo de un modo más profundo y efectivo. Por ejemplo, podemos ayudarnos de una gids con las claves necesarias para un buen examen de conciencia.
Es el momento de ser sinceros con uno mismo y con Dios, sabiendo que Él no quiere que nuestros pecados pasados nos opriman, sino que desea liberarnos de ellos para poder vivir como buenos hijos suyos.
Berouw of berouw, es un don de Dios. Es un dolor del alma y un rechazo de nuestros pecados, que incluye la resolución de no volver a pecar.
La confesión consiste en decir los pecados al sacerdote. A veces, el arrepentimiento llega con un sentimiento intenso de dolor o vergüenza, que nos ayuda a enmendarnos. Pero este sentimiento no es indispensable. Lo importante es comprender que hemos obrado mal y tener deseos de mejorar como cristianos. De no ser así, nos pondremos en manos de Dios para pedirle a Él que obre en nuestro corazón, para rechazar el mal.
Berouw", aldus de paus, "is de portiek van het berouw, de bevoorrechte weg die leidt naar het hart van God, die ons verwelkomt en ons een nieuwe kans biedt, op voorwaarde dat wij ons openstellen voor de waarheid van het berouw en ons laten omvormen door zijn barmhartigheid".
El sacerdote es un instrumento de Dios. Dejemos a un lado la vergüenza o el orgullo, y abramos nuestra alma seguros de que es Dios quien nos escucha.
«Confesarse con un sacerdote es un modo de poner mi vida en las manos y en el corazón de otro, que en ese momento actúa en nombre y por cuenta de Jesús. [...] Es importante que vaya al confesionario, que me ponga a mí mismo frente a un sacerdote que representa a Jesús, que me arrodille frente a la Madre Iglesia llamada a distribuir la Misericordia de Dios. Hay una objetividad en este gesto, en arrodillarme frente al sacerdote, que, en ese momento, es el trámite de la gracia que me llega y me cura», papa Francisco. El nombre de Dios es misericordia, 2016.
Biechten is het vertellen van zonden aan de priester. Er wordt vaak gezegd dat een goede bekentenis "4 C's" heeft:
Biechten is een sacrament waarvan de viering bepaalde gebaren en woorden van de boeteling en de priester inhoudt. el momento más hermoso del sacramento de la Confesión, pues recibimos el perdón de Dios.
La penitencia es un acto sencillo que representa nuestra reparación por la falta que cometimos. Es una buena ocasión también para dar gracias a Dios por el perdón recibido, y para renovar el propósito de no volver a pecar.