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20 aprill, 25

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Ülestõusmine: nägemine, kuulmine ja kuulutamine ilma hirmuta

Ülestõusmine on kristliku usu keskmes, pärast kolme päeva valu ja segadust mälestame Kristuse võitu surma ja patu üle. Kolmandal päeval pärast ristilöömist tõusis ta üles!

El domingo, 20 de marzo, celebramos la Pascua de Resurrección y empezamos a vivir el Tiempo Pascual, que comienza con el Domingo de Resurrección y finaliza el Domingo de Pentecostés. Tras la Pasión y Muerte del Señor en la Cruz, llega la gloria.

San Josemaría explica en la homilía Cristo presente en los cristianos, que «El tiempo pascual es tiempo de alegría, de una alegría que no se limita a esa época del año litúrgico, sino que se asienta en todo momento en el corazón del cristiano. Porque Cristo vive: Cristo no es una figura que pasó, que existió en un tiempo y que se fue, dejándonos un recuerdo y un ejemplo maravillosos».

El Santo Sepulcro, centro de la fe cristiana en el Resucitado

El Santo Sepulcro, ubicado en Jerusalén, es el lugar donde, según la tradición cristiana, fue sepultado y resucitó Jesucristo. Este sitio sagrado, venerado desde los primeros siglos del cristianismo, es considerado el corazón de la fe cristiana, pues allí se consumó la victoria de Cristo sobre la muerte.

Para los creyentes, el Santo Sepulcro no solo es un destino de peregrinación, sino también un símbolo de esperanza, y de vida eterna. Visitarlo es una forma de encuentro con el misterio central de la Pascua: la Resurrección, fundamento de la vida cristiana. «Si Cristo no ha resucitado, vana es nuestra fe», añade san Pablo en la Primera Carta a los Corintios (1 Corintios 15:14).

Ver, escuchar y anunciar sin miedo

En primer lugar, ver la Resurrección

Vieron la piedra corrida y cuando entraron no hallaron el cuerpo del Señor. Su primera reacción fue el miedo, no levantar la vista del suelo.

«Con mucha frecuencia, miramos la vida y la realidad sin levantar los ojos del suelo; sólo enfocamos el hoy que pasa, sentimos desilusión por el futuro y nos encerramos en nuestras necesidades, nos acomodamos en la cárcel de la apatía, mientras seguimos lamentándonos y pensando que las cosas no cambiarán nunca». Así, lo observaba aadressil Paavst en la Vigilia Pascual celebrada en 2022. Eso nos pasa a nosotros.

En segundo lugar, escuchar al resucitado

Teniendo en cuenta que el Señor «no está aquí». Quizá le buscamos «en nuestras palabras, en nuestras fórmulas y en nuestras costumbres, kuid me unustame seda otsida elu kõige pimedamates nurkades.kus on keegi, kes nutab, kes võitleb, kannatab ja loodab". Me peame vaatama üles ja avama end lootusele..

Kuulame: "Miks te otsite elavaid surnute hulgast?» No debemos buscar a Dios, interpreta Francisco, entre las cosas muertas: en nuestra falta de valentía para dejarnos perdonar por Dios, para cambiar y terminar con las obras del mal, para decidirnos por Jesús y por su amor; en el reducir la fe a un amuleto.

«Haciendo de Dios un hermoso recuerdo de tiempos pasados, en lugar de descubrirlo como el Dios vivo que hoy quiere transformarnos a nosotros y al mundo»; en «un cristianismo que busca al Señor entre los vestigios del pasado y lo encierra en el sepulcro de la costumbre», señala Francisco.

En tercer lugar, anunciar la Resurrección

Nad kuulutada ülestõusmisrõõmu: «La luz de la Resurrección no quiere retener a las mujeres en el éxtasis de un gozo personal, no tolera actitudes sedentarias, sino que genera discípulos misioneros que 'regresan del sepulcro' y llevan a todos el Evangelio del Resucitado.

Pärast seda, kui nad olid näinud ja kuulnud, jooksid naised jüngritele ülestõusmisrõõmu kuulutama, kuigi nad teadsid, et neid peetakse lolliks. Kuid nad ei hoolinud oma mainest ega oma maine kaitsmisest; nad ei mõõtnud oma tundeid ega arvutanud oma sõnu. 

Sólo tenían el fuego en el corazón para llevar la noticia, el anuncio: «¡El Señor ha resucitado!».

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El papa Francisco durante la celebración de la Vigilia Pascual de Resurrección en el Vaticano.

Mensaje del Papa Francisco en la Pascua de Resurrección (2022)

Nii ka meie, ütleb Peetri järeltulija, meid kutsutakse jooksma mööda maailma teid, ilma hirmu ja oportunismita, et jagada rõõmu, et oleme kohtunud Issandaga.Väljaspool teatud formaalsusi, kus me oleme seda sageli sisse sulgenud, väljaspool mugavust ja heaolu.

See on paavsti lihavõttepühade sõnum, «al término de una cuaresma que parece no querer acabar», entre pandemias y las guerras.

«Llevémoslo a la vida ordinaria: con gestos de paz en este tiempo marcado por los horrores de la guerra; con obras de reconciliación en las relaciones rotas y de compasión hacia los necesitados; con acciones de justicia en medio de las desigualdades y de verdad en medio de las mentiras. Y, sobre todo, con obras de amor y de fraternidad».

Jesús nos trae la paz llevando «nuestras llagas». Nuestras porque se las hemos causado nosotros y porque Él las lleva por nosotros.

«Las llagas en el Cuerpo de Jesús resucitado son el signo de la lucha que Él ha combatido y vencido por nosotros, con las armas del amor, para que nosotros podamos tener paz, estar en paz, vivir en paz» (Bendición urbi et orbi, Domingo de resurrección, 17-IV-2022).

Kristuse võidu ja tema rahuga, ütleb Franciscus lihavõttepüha esmaspäeval, saame "tulla välja oma hirmude haudadest" (hirmu surma, hääbumise, lähedaste kaotamise, haigestumise, mitte enam hakkama saamise ees...) (Regina Caeli, 18-IV-2022).

Samuti meil, nagu jüngritel ülestõusmispühade hommikul, on iga päev piisavalt põhjust uskuda.: «Yo —te dice Jesús— he probado la muerte por ti, he cargado sobre mí tu mal. Ahora he resucitado para decírtelo: estoy aquí, contigo, para siempre. ¡No temas! No tengáis miedo» (Ib.).

Contenido de interés para vivir la Pascua de Resurrección


Ramiro Pellitero Iglesias, profesor de Teología pastoral en la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra.