Las 5 lecciones de liderazgo de Juan Pablo II

La soledad de Andreas en Nochebuena

En la Nochebuena de 1986 Andreas Widmer hacía su primer servicio estrenándose como Guardia Suizo al servicio del Papa Juan Pablo II, su jefe.

El primer encuentro entre los dos se produjo cuando San Juan Pablo II salía por la puerta de su apartamento papal y se dirigía a celebrar la misa de medianoche. ¡Quién le iba a decir al joven Widmer que Karol Wojtyla iba en ese primer momento a causar una impresión indeleble en su persona!

Fue esa gran capacidad del pontífice de estar en lo que hacía lo que hizo que éste se diera cuenta de las circunstancias personales por las que atravesaba el joven y novato guardia suizo. Circunstancias que le causaban desasosiego, hasta que San Juan Pablo II inició la conversación.

Widmer era joven, añoraba su familia en plena vigilia de Navidad y se sentía un poco deprimido y falto de seguridad. No había comentado esta sensación con nadie.

Juan Pablo II se le acercó y le dijo: “¡Está claro que ésta es tu primera Navidad fuera de casa! Valoro mucho el sacrificio que haces por la Iglesia. Voy a rezar por ti esta noche en la misa”. Ninguno de entre sus colegas y amigos había notado esa noche la angustia que le embargaba.

Tuvo que ser el líder de mil doscientos millones de católicos el que se diera cuenta, y le diera una lección del liderazgo de aquél que está dispuesto a servir.

juan pablo II liderazgo

Animaba a la gente a pensar en grande

Y a mantener la vista alzada y puesta en la distancia. “Juan Pablo siempre tenía la perspectiva de mi vida completa cuando me hablaba. Estoy convencido de que esto es una consecuencia natural de su dedicación durante largos años a la universidad como capellán.

En una ocasión se detuvo a hablar conmigo. Quiso saber cómo me iba y si me gustaba mucho o poco ser guardia suizo. Le hablé de mis ocupaciones y preocupaciones, todas ellas centradas en el corto plazo.

Él me ayudó a pasar de una visión a corto plazo a la visión a largo plazo para el resto de mi vida”. Según Widmer el pontífice siempre le empujaba a alcanzar metas más altas y a no quedarse instalado en la mediocridad. “Me empujaba a pensar en grande”.

San Juan Pablo II estaba totalmente volcado en cada conversación

“Cada vez que hablaba con Juan Pablo, incluso cuando solamente me pasaba para saludarlo, me hacía sentir como si yo fuera la razón por la que se había levantado esa mañana”.

Volvamos al primer encuentro de Widmer con su nuevo jefe en esa vigilia de Navidad. Widmer admite que se sentía triste y decidido a dejar el servicio. Pensaba en ese momento que había cometido un tremendo error apuntándose al cuerpo de la Guardia Suiza.

Cuando el papa salió de su apartamento, podría haber simplemente pasado de largo. “Pero no pasó solamente. Se paró y se dio cuenta de que estaba turbado y del motivo real de mis circunstancias. Tenía la fina habilidad de notar las cosas en el preciso momento, de captar el verdadero sentimiento de la gente con la que se cruzaba”.

Juan Pablo hacía sentir especial a la gente porque estaba presente. Éste es un rasgo común en un líder que inspira a personas.

"Las personas que me cuentan que trabajan para líderes que les inspiran casi siempre comentan que su jefe les hace sentir como si fueran la persona más importante en ese momento en esa habitación y que su jefe se preocupa genuinamente de su bienestar".

Mostraba a las personas que creía en ellas

“Juan Pablo tenía más fe en mí que yo mismo”, decía Widmer. “Eso aumentaba mi autoestima y me permitía conseguir más de lo que yo hubiera pensado que era posible. Creyó en mí antes que yo mismo”.

Los líderes que inspiran creen en la gente, a menudo incluso más que ellos mismos y con más fuerza. Tenemos el ejemplo de millones de jóvenes en todo el mundo cuya autoestima creció porque Juan Pablo II les inspiro al creer en su potencial y les dejo el mensaje "No tengáis miedo".

san juan pablo II liderazgo andreas

Veía el trabajo como una oportunidad y no como una carga

Según cuenta Widmer “Juan Pablo II hablaba del trabajo no como si se tratara de una carga sino como de una oportunidad para llegar a ser aquello a lo que estamos llamados. Creía firmemente que es el trabajo lo que nos hace realmente humanos”.

Juan Pablo creía que cuando trabajamos no solamente “hacemos más”; en su carta encíclica Laborem Exercens el papa escribió: “El trabajo es una dimensión fundamental de la existencia del Hombre sobre la tierra".

Celebraba e impulsaba la capacidad emprendedora

Juan Pablo II celebraba el fenómeno de ser emprendedor porque crear algo a partir de la nada es un aspecto fundamental de toda espiritualidad.

"Al igual que los que creen tienen Fe en su Creador, así también el emprendedor debe tener Fe en su visión, Fe en la capacidad del equipo de ejecutar la visión, y Fe en que aquello que se proponen llevar a término está intensamente conectado a algo mayor que ellos mismos".

Juan Pablo II convenció a Widmer que el fenómeno emprendedor era un camino grandioso sobre el que construir su vida, camino en el que podía utilizar sus dones, talentos e ideas para desplegar plenamente su potencial y así participar en la obra de la creación.

3 fundaciones que ayudan a la Iglesia Católica y su relevancia

Conoce la importancia de las fundaciones que ayudan a la Iglesia Católica y cómo la Fundación CARF contribuye, promoviendo la educación y la formación sacerdotal. Aprende por qué es crucial apoyar estas iniciativas.

La importancia de las fundaciones de ayuda a la Iglesia Católica

Las organizaciones y fundaciones de ayuda a la Iglesia Católica no solo apoyan la formación cristiana, sino que también contribuyen a diversas obras de caridad, extendiendo su impacto a zonas necesitadas en todo el mundo.

A través de la financiación de proyectos educativos, pastorales y de infraestructura, estas fundaciones aseguran que la misión de la Iglesia Católica continúe floreciendo y llegando a todos los rincones del mundo, especialmente a aquellos que más lo necesitan.

oficina fundación carf

Apoyar a la Fundación CARF es promover las vocaciones sacerdotales de todo el mundo

La Fundación CARF, es una entidad sin ánimo de lucro que se dedica a promover la formación integral de sacerdotes y seminaristas en todo el mundo. Fundada el 14 de febrero de 1989, ha logrado establecerse como una referencia en el ámbito de la educación para sacerdotes y religiosos y el apoyo a la Iglesia Católica de todo el mundo, en especial los países sin recursos.

La misión de la Fundación CARF se centra en la convicción de que una formación sólida y adecuada de los sacerdotes es fundamental para el crecimiento social, espiritual y moral de la sociedad.

A través de los programas de financiación de ayudas al estudio, la Fundación CARF, gracias a sus benefactores y amigos, facilita el acceso a una educación de excelencia en instituciones de prestigio como la Universidad Pontificia de la Santa Cruz en Roma y la Universidad de Navarra en España. 

Apoyar a instituciones como la Fundación CARF no solo tiene un impacto directo en la vida de los seminaristas y sacerdotes diocesanos y religiosos y religiosas, sino que también repercute en las diócesis de todo el mundo en la que sirven.

El Papa Benedicto XVI destacó la importancia de la formación de los sacerdotes en su encíclica Deus Caritas Est: «La formación de los sacerdotes es una tarea de gran importancia para la vida de la Iglesia. Los sacerdotes deben ser verdaderos hombres de Dios, con una sólida formación intelectual y espiritual». Este compromiso con una formación integral es precisamente lo que la Fundación CARF se esfuerza por proporcionar a sus beneficiarios.

La Fundación CARF ha logrado un impacto significativo a nivel global. Con más de 35 años de trayectoria, ha colaborado en la formación de más de 30.000 sacerdotes, seminaristas y religiosos de 131 países.

Este apoyo se traduce en miles de personas que han vuelto a sus países de origen y que destacan cómo el apoyo de la Fundación CARF les ha permitido acceder a una formación que, de otra manera, sería inalcanzable, posibilitando llevar ese conocimiento y dedicación a sus comunidades. Así se genera un efecto multiplicador positivo.

Otras fundaciones que apoyan a la Iglesia Católica

Existen también muchas otras fundaciones que realizan un trabajo encomiable en apoyo a la Iglesia Católica. Fundaciones como Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN) y las Obras Misionales Pontificias (OMP) también juegan un papel crucial en la evangelización y el apoyo a comunidades vulnerables.

Estas organizaciones, al igual que la Fundación CARF, dependen de la generosidad de los donantes particulares para llevar a cabo su misión.

Ayudar a AIN es apoyar a los cristianos perseguidos

Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN) es una organización internacional de caridad pontificia que se dedica a apoyar a los cristianos perseguidos y en necesidad en todo el mundo.

AIN fue fundada en 1947 y tiene como misión proporcionar ayuda pastoral y humanitaria a las comunidades cristianas que sufren persecución o dificultades económicas.

La organización trabaja en más de 140 países y apoya a la Iglesia Católica en diversas áreas, que incluye:

El trabajo de AIN es vital para garantizar que las comunidades cristianas puedan mantener su fe y esperanza, incluso en las circunstancias más difíciles.

El Papa Francisco ha resaltado la importancia de apoyar a los cristianos perseguidos, afirmando: «Hoy hay más mártires que en los primeros siglos. Esto no es una exageración. Hoy, más cristianos son perseguidos, torturados y asesinados a causa de su fe en Jesús».

Obras Misionales Pontificias es apoyar a la Iglesia evangelizadora

OMP es una red global de organizaciones católicas que apoyan la misión evangelizadora de la Iglesia en todo el mundo.

OMP fue fundada en 1822 y se dedica a promover la conciencia misionera y a recaudar fondos para apoyar las misiones en áreas donde la Iglesia aún está en desarrollo. Las áreas clave de apoyo incluyen:

OMP trabaja estrechamente con las diócesis locales y las congregaciones religiosas para asegurar que los recursos lleguen a donde más se necesitan, fortaleciendo así la presencia y la misión de la Iglesia en todo el mundo.

San Josemaría Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei, destacó la importancia de la evangelización y el papel de la educación religiosa diciendo: «Es en la educación, en la enseñanza, donde se forjan los hombres de mañana». Este principio guía a muchas fundaciones como OMP en su labor misionera y educativa.

El papel crucial de las fundaciones en el apoyo a la Iglesia

Tanto AIN, OMP o la Fundación CARF representan un pilar fundamental en el apoyo y el crecimiento de la Iglesia Católica. Estas fundaciones no solo proporcionan los recursos necesarios para la formación de sacerdotes y la construcción de infraestructuras, sino que también ofrecen apoyo espiritual y moral a muchas diócesis que enfrentan verdaderas adversidades.

Al donar a estas fundaciones, los benefactores están apoyando directamente a la Iglesia Católica y al fomento de la fe católica en todos los rincones del mundo.

Acércate al Sagrario, de José Manuel Iglesias

«Hemos de poner esfuerzo en descubrir el maravilloso misterio de los innumerables Tabernáculos –sagrarios– que forman constelaciones de luz visibles solo a los ángeles y a los creyentes cubriendo la faz de la tierra».

Jesús está presente en el sagrario... Está ofreciéndose a sí mismo como alimento... El autor del libro Acércate al Sagrario, don José Manuel Iglesias nos aconseja que lo que «hemos de hacer es visitarles y desear recibirle.

¡No hay nada más eficaz que la piedad eucarística para recorrer el camino de la santidad!

Allí, en el sagrario, nos espera... Espera que nos acerquemos y que nos encontremos con Él, ¡que nos identifiquemos con Él!

Un teólogo de Betanzos (Coruña) centrado en el Sagrario

Don José Manuel es sacerdote y licenciado en Teología, de la primera promoción de la Universidad de Navarra. También pertenece a la primera promoción del Instituto de Enseñanza Media de su localidad natal, Betanzos.

Su labor sacerdotal discurre por multitud de centros educativos y parroquias de la diócesis de Santiago de Compostela. También colabora ocasionalmente en algunos medios de comunicación. Entre otros títulos, ha escrito los siguiente libros: La visita al Santísimo, Las comuniones espirituales, Una costumbre de siempre: la acción de gracias, Tratar a Jesús -Cartas de un párroco-, Vida eucarística... Como se ve por ellos, a don José Manuel le gusta estar centrado en el Sagrario.

Este nuevo libro de apenas 143 páginas se divide en cuatro capítulos principales sin contar introducción, conclusiones el capítulo preliminar. Son páginas sencillas, cercanas y de fácil lectura que pasan por reconocer primero que Él se ha querido quedar con nosotros escondido en el pan; locura que es finura de Amor a todos los hombres y mujeres de todos los tiempos. Pero para agradecer esa locura, tenemos que aprender o mejorar nuestra cultura eucarística y nuestro acercamiento al sagrario, donde Él siempre nos espera.

Como ya aconsejase san Josemaría desde los inicios de su predicación, tenemos que "asaltar" sagrarios, buscar sagrarios, dice don José Manuel. Y en las actuales ciudades la tares se vuelve algo más compleja, ya que las iglesias son menos llamativas que en otras épocas y se confunden con otras edificaciones. Lo que hace difícil «pasar sin darse cuenta ante el Señor presente en ese Sagrario, tal vez solitario, o casi ignorado, de tantas iglesias, capillas oratorios...».

Aprender la urbanidad de la piedad ante el sagrario

El pequeño libro dBolsillo, de Editorial Palabra, nos invita, con experiencias cercanas a saber estar; saber entrar en una iglesia o capilla; a cuidar el máximo respeto a Dios presente en el sagrario; a reconocerle desde el silencio y la oración.

Y para conocer a Jesús debemos hacer el esfuerzo de concentrarnos para tratarle y conocernos a nosotros mismos. Aunque «a veces bastará que estemos allí, clavados ante el Sagrario, que le miremos, que le hagamos compañía». Y como decía el labriego «Yo le miro y Él me mira, así nos entendemos».

acercate-al-sagrario-jose-manuel-iglesias-
Portada del libro de don José Manuel Iglesias: Acércate al Sagrario.

Creo que estás aquí

En este capítulo se desgrana el valor y la fuerza de la comunión espiritual para cuando la distancia o cualquier impedimento haga que no nos podamos acercar a un sagrario para recibir de manos del sacerdote la sagrada comunión. Don José Manuel nos invita a hacer de todo nuestro día una Misa continua. «De este modo –enseñaba san Josemaría– muy unidos a Jesús en la Eucaristía, lograremos una continua presencia de Dios, en medio de las ocupaciones ordinarias propias de la situación de cada uno en este peregrinar terreno, buscando al Señor en todo tiempo y en todas las cosas».

El libro Acércate al sagrario termina con un capítulo muy especial dedicado a "La Señora del Sagrario": la Madre del Señor Sacramentado que, siendo el primer sagrario de la Historia de la humanidad, ahora acompaña siempre a su Hijo en todas las Eucaristías del mundo.

Para encender nuestra fe y nuestro amor a Jesús Eucarístico, nuestra Madre es el mejor y más admirable ejemplo.

San Josemaría Escrivá de Balaguer, 26 de junio

Vida de san Josemaría Escrivá de Balaguer

Familia (1902 – 1914)

Josemaría Escrivá de Balaguer nació el 9 de enero de 1902 en Barbastro, Huesca. Sus padres se llamaban José y Dolores. Ellos les inculcaron, tanto a él como a sus 5cinco hermanos, desde muy pequeños las costumbres cristianas. La confesión, la comunión diaria, la importancia de la oración y de la caridad. 

Vocación (1914 – 1918)

Más tarde, la muerte de tres hermanas pequeñas y la quiebra económica familiar le hacen conocer muy pronto el duelo y el dolor. Esta experiencia le hace madurar y templa su carácter expansivo y alegre. En 1915 la familia se traslada a Logroño, donde su padre comienza un nuevo trabajo.

Un invierno, en esa ciudad cae una copiosa nevada, Josemaría Escrivá de Balaguer, después de ver unas huellas en la nieve de los pies descalzos de un religioso carmelita, intuye que Dios desea algo de él, aunque no sabe exactamente qué es. Entonces, se pregunta: "Si otros hacen tantos sacrificios por Dios y por el prójimo, ¿no voy a ser yo capaz de ofrecerle algo?" De este modo, surge en su alma una inquietud divina: "Comencé a barruntar el Amor, a darme cuenta de que el corazón me pedía algo grande y que fuese amor." Piensa que podrá descubrirlo más fácilmente si se hace sacerdote, y comienza a prepararse primero en Logroño y más tarde en el seminario de Zaragoza.

Ordenación sacerdotal (1918 – 1925)

En la Universidad de Zaragoza estudia también la carrera civil de Derecho siguiendo los consejos de su padre don José Escrivá muere en 1924, y Josemaría queda como cabeza de familia. Recibe la ordenación sacerdotal el 28 de marzo de 1925 y comienza a ejercer el ministerio primero en una parroquia rural y luego en Zaragoza.

Funda el Opus Dei (1928 – 1936)

Josemaría Escrivá de Balaguer se traslada a Madrid en 1927, para obtener el doctorado en Derecho y ejercer el ministerio pastoral que tiene encomendado, que le pone diariamente en contacto con la enfermedad y la pobreza en hospitales y barriadas populares de Madrid.  El día 2 de octubre de 1928, Dios le hace ver lo que espera de él, y funda el Opus Dei. Desde ese día trabaja con todas sus fuerzas en el desarrollo de la fundación que Dios le encomienda.

Guerra Civil Española (1936 – 1939)

Cuando estalla la guerra civil, en 1936, Josemaría Escrivá de Balaguer se encuentra en Madrid, pero la persecución religiosa le obliga a refugiarse en diferentes lugares. Ejerce su ministerio sacerdotal clandestinamente, hasta que logra salir de Madrid. Después de una travesía por los Pirineos hasta el sur de Francia, se traslada a Burgos.

Misión pastoral (1939 – 1945)

Vuelve a Madrid en el año 1939 cuando acaba la guerra y termina sus estudios de doctorado en Derecho. En los años siguientes, Josemaría Escrivá de Balaguer, continua con la misión del Opus Dei, y dirige numerosos ejercicios espirituales para laicos, sacerdotes y religiosos.

Su vida en Roma (1946 – 1965)

En 1946 se traslada a Roma definitivamente. Allí, obtiene el doctorado en Teología por la Universidad Lateranense. Es nombrado consultor de dos congregaciones vaticanas, miembro honorario de la Pontificia Academia de Teología y prelado de honor de Su Santidad. Está muy cerca del papa durante los preparativos y las sesiones del Concilio Vaticano II.

Expansión de la Obra fuera de España  (1970 – 1975)

Para consolidar la misión apostólica del Opus Dei viaja desde Roma a distintos países de Europa y América Latina. Donde además tiene reuniones de catequesis con grupos numerosos de hombres y mujeres.

Fallecimiento

El día 26 de junio de 1975 Josemaría Escrivá de Balaguer fallece en Roma. Son muchos obispos y laicos de diferentes países los que solicitan a la Santa Sede la apertura de su causa de canonización.

Canonización de san Josemaría Escrivá de Balaguer

El 17 de mayo de 1992, Juan Pablo II beatifica a Josemaría Escrivá de Balaguer. Lo proclama santo, diez años después, el 6 de octubre de 2002, en la plaza de San Pedro, en Roma, ante una gran multitud. Sus restos se encuentran en la Iglesia de Santa María de la Paz en Roma, donde miles de fieles se acercan a rezar y a pedir su intercesión.

La importancia de san Josemaría en la actualidad

La importancia del mensaje de san Josemaría Escrivá de Balaguer, su gracias y sus contribuciones para la Iglesia Católica son incuestionables. Y lo siguen siendo en el día de hoy. Por supuesto, queda vigente el Opus Dei, y todo lo que ha significado para la Iglesia en el último siglo.

Pero la trascendencia de su mensaje va más allá de la importante labor que el Opus Dei desarrolla en el mundo.

San Josemaría Escrivá de Balaguer guiado por el Espíritu Santo, luchará por el valiente mensaje de manifestar que todos los cristianos sin excepción están llamados a la santidad, y a la máxima intimidad con Cristo. Y que la pueden alcanzar con la oración y la contemplación diarias, en medio de sus labores cotidianas.

El santo de lo ordinario

A Dios se le encuentra en todas partes: en el trabajo, en el matrimonio, en la familia, en la sociedad, en la política, en la empresa, en el estudio, entre amigos, etc. y en todos y cada uno de esos lugares y momentos tenemos que ser testigos fieles de su amor para con los demás. San Josemaría Escrivá de Balaguer nos invita a descubrir en las pequeñas cosas de este mundo lo santo, lo bueno y lo divino.

Para conseguirlo tenemos nuestro trabajo, querido por Dios para el hombre, y que colabora por tanto en la redención y la santificación de la criatura humana, como parte del plan salvífico de Dios. La salvación del hombre y la salvación del mundo van unidas. La santificación del mundo, por medio del trabajo, está entrelazada con la santificación de la persona.

La práctica diaria de este mensaje la vida en oración perpetua, en cada minuto y en cada hora de estudio, de trabajo, de apostolado en la vida cotidiana; es un mensaje que ha enaltecido la fe y acercado cientos de miles de almas a Dios, en un carisma que Dios ha regalado a su Iglesia, y que en san Josemaría Escrivá de Balaguer ha tenido su máximo exponente.

San Josemaría Escrivá de Balaguer sigue siendo hoy un modelo y referente para todos aquellos que deseamos santificarnos en la vida diaria, y llevar a todos los rincones del mundo y a cada aspecto de la sociedad lo mejor que tenemos.

«Siguiendo sus huellas difundid en la sociedad, sin distinción de raza, clase, cultura o edad, la conciencia de que todos estamos llamados a la santidad», afirmó san Juan Pablo II.

Rezar por la intercesión de san Josemaría

Los cristianos han acudido siempre a la intercesión de los santos para que lleven su oración a la presencia de Dios. Y con san Josemaría no podría se de otra forma. Aquí tienes la oración para pedir al Señor su intercesión. 

Rezar por la intercesión de San Josemaría. Oh Dios, que por mediación de la Santísima Virgen otorgaste a San Josemaría, sacerdote, gracias innumerables, escogiéndole como instrumento fidelísimo para fundar el Opus Dei, camino de santificación en el trabajo profesional y en el cumplimiento de los deberes ordinarios del cristiano: haz que yo sepa también convertir todos los momentos y circunstancias de mi vida en ocasión de amarte, y de servir con alegría y con sencillez a la Iglesia, al Romano Pontífice y a las almas, iluminando los caminos de la tierra con la luminaria de la fe y del amor.  Concédeme por la intercesión de San Josemaría el favor que te pido... (pídase). Así sea.  Padrenuestro, Avemaría, Gloria.


Bibliografía:

Opusdei.org

La Fundación CARF y el Colegio Sacerdotal Altomonte: un vínculo vital para la formación

La Fundación CARF y el Colegio Sacerdotal Altomonte en Roma han establecido una colaboración esencial para la formación de sacerdotes. Para que los sacerdotes puedan recibir una educación universitaria de de alta calidad (licenciaturas y doctorados) en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz (PUSC), era necesario contar con alojamientos específicos donde también fomentar su formación humana y espiritual.

La unión entre la Fundación CARF y Altomonte además fortalece la misión pastoral de la Iglesia Católica en todo el mundo al cuidar a sacerdotes venidos de todas las partes del planeta.

¿Qué es la Fundación CARF?

Desde su fundación en 1989, La Fundación CARF se dedica a apoyar la formación de seminaristas y sacerdotes diocesanos y religiosos de todo el mundo, proporcionando recursos educativos y espirituales en instituciones de renombre en Roma y Pamplona.

Fundada con el objetivo de fomentar las vocaciones sacerdotales y preparar el futuro de la Iglesia, desempeña un papel crucial en el impulso de la fe católica en 131 países.

Desde el 14 de febrero de 1989, la Fundación CARF ha apoyado la formación de miles de
seminaristas y sacerdotes diocesanos y religiosos. Impulsada por el beato Álvaro del Portillo con el apoyo de san Juan Pablo II vive urgida de la necesidad de proporcionar una educación integral y de calidad a los seminaristas y sacerdotes diocesanos de la Iglesia católica

La labor de la Fundación ha crecido siempre gracias a la generosidad de donantes comprometidos con la misión de fortalecer la fe católica.

¿Qué es el Colegio Sacerdotal Altomonte?

El Colegio Sacerdotal Altomonte es una residencia y centro de formación para sacerdotes diocesanos que estudian en Roma, fundado en respuesta a un deseo de san Josemaría Escrivá de Balaguer, e impulsado por la Universidad Pontificia de la Santa Cruz, este colegio, inaugurado en 2011 y ubicado cerca de la Basílica de San Pedro, busca ofrecer una formación sacerdotal integral en las dimensiones humana, espiritual, pastoral e intelectual​.

Para conseguirlo, ofrece un ambiente propicio para el crecimiento espiritual y académico, proporcionando a los futuros sacerdotes las herramientas necesarias para servir a sus comunidades con sabiduría y compasión.

Una forma especial de colaborar

La relación entre la Fundación CARF y el Colegio Sacerdotal Altomonte se basa en objetivos comunes: la formación integral de sacerdotes que sean capaces de enfrentar los desafíos pastorales contemporáneos. Los benefactores a través de la Fundación CARF apoyan a los estudiantes del Colegio sacerdotal Altomonte mediante la financiación de ayudas al estudio, asegurando que ningún seminarista se vea impedido de completar su formación debido a limitaciones financieras.

Esta colaboración ha resultado en la formación de numerosos sacerdotes que ahora sirven en diversas partes del mundo, llevando consigo los valores y conocimientos adquiridos en Roma. Este esfuerzo conjunto no solo beneficia a los sacerdotes, sino también a las comunidades a las que sirven, contribuyendo al fortalecimiento de la fe y el bienestar espiritual de los todos los católicos.

Una manera significativa en la que la Fundación CARF y el Colegio Sacerdotal Altomonte honran a sus benefactores es celebrando mensualmente una Misa en su memoria. Esta ceremonia no solo muestra gratitud, sino que también refuerza el vínculo espiritual entre los benefactores y la misión formativa de ambas instituciones.

Uno de los muchos beneficiarios de esta colaboración es Koffi Edem Amaglo, un seminarista que ha podido avanzar en su formación gracias al apoyo de la Fundación CARF. En sus propias palabras, Koffi expresa su profunda gratitud: «La formación que he recibido en Roma ha sido invaluable para mi misión pastoral. La Fundación CARF y el Colegio Sacerdotal de Altomonte han hecho posible que siga mi vocación con dedicación y esperanza».

capilla-de-la-resurreccion-colegio-sacerdotal-altomonte
Capilla de la Resurrección en el Colegio Sacerdotal Altomonte.

Cómo Puedes Ayudar

Por medio de la Fundación CARF existen múltiples maneras de colaborar, desde donaciones económicas hasta la promoción de actividades de recaudación de fondos. Cada contribución ayuda a asegurar que los seminaristas y sacerdotes puedan continuar su formación sin interrupciones, lo que es vital para el futuro de la Iglesia​.

La relación entre la Fundación CARF y el Colegio Sacerdotal Altomonte es un ejemplo notable de cómo la cooperación y el apoyo mutuo pueden tener un impacto duradero en la formación de sacerdotes. Y, a través de su trabajo conjunto, aseguran que los sacerdotes de hoy estén bien preparados para guiar a la Iglesia del mañana.

Cuerpo de Cristo e Iglesia: qué es y dónde se guarda

 
El Papa Francisco nos lo explica el Cuerpo de Cristo a partir del texto de los Hechos de los Apóstoles. La conversión de Saulo, que luego se llamará Pablo: «Saulo era un perseguidor de los cristianos, pero mientras recorre el camino que conduce a la ciudad de Damasco, de repente una luz lo envuelve, cae a tierra y oye una voz que le dice: ¿Saulo, Saulo, por qué me persigues?. Él pregunta: ¿Quién eres, Señor?, y la voz responde: Yo soy Jesús, a quien tú persigues». (cfr. Hch 9,4-5):

«Esta experiencia de san Pablo nos cuenta la profundidad de la unión entre los cristianos y el mismo Cristo. Cuando Jesús ascendió al cielo, no nos dejó huérfanos, sino con el don del Espíritu Santo, la unión con Él se ha vuelto aún más intensa». 

¿Qué es Cuerpo de Cristo?

Nos referimos a el Corpus Mysticum, en latín, cuerpo místico de Cristo o Cuerpo de Cristo cuando hablamos de la Iglesia como un cuerpo único, siendo el propio Cristo su Cabeza. Como cuerpo de Cristo somos uno en Él. Es decir, caminamos conforme a sus preceptos y unidos como cristianos. En el sacramento de la eucaristía se contiene, se ofrece y se recibe al mismo Cuerpo de Cristo Nuestro Señor, por el que la Iglesia vive y crece continuamente.  

Mediante la transubstanciación, es decir por la conversión del pan y del vino en su Cuerpo y Sangre, Cristo se hace presente en este sacramento. Este es el sacrificio eucarístico, misterio y memorial de la muerte y resurrección del Señor, en el cual se perpetúa a lo largo de los siglos el sacrificio de la cruz, que es el centro de la vida cristiana.

Con la Eucaristía damos significado y somos pueblo de Dios y llevamos a término la edificación del Cuerpo de Cristo e Iglesia. Las sencillas ofrendas de pan y vino, puestas en las manos del Señor, se convierten en el Cuerpo y la Sangre de Cristo. El sacerdote invoca al Espíritu Santo para que descienda sobre estos dones y también haga presente a Cristo entre nosotros. En cada Misa, junto a este pan y vino, le presentamos también a Dios, de manera simbólica, algo de nosotros mismos.

Cuerpo de Cristo e Iglesia: qué es, oración y dónde se guarda – CARF

Ser parte de la Iglesia "quiere decir estar unidos a Cristo y recibir de Él la vida divina que nos hace vivir como cristianos, significa permanecer unidos al Papa y a los Obispos que son instrumentos de unidad y de comunión, y también significa aprender a superar personalismos y divisiones, entenderse mejor, armonizar la variedad y las riquezas de cada uno; en una palabra: a querer más a Dios y a las personas que están junto a nosotros".  Audiencia General Papa Francisco.

Cuerpo de Cristo e Iglesia

"Y este cuerpo tiene una cabeza, Jesús, que lo guía, lo alimenta y lo sostiene. Este es un punto que quiero destacar: si se separa la cabeza del resto del cuerpo, la persona no puede sobrevivir. Así es en la Iglesia: debemos permanecer unidos cada vez más profundamente a Jesús. Pero no sólo eso: como en un cuerpo, es importante que corra la savia vital para que viva, así debemos permitir que Jesús obre en nosotros, que su Palabra nos guíe, que su presencia en la Eucaristía nos alimente, nos anime, que su amor dé fuerza a nuestro amar al prójimo. ¡Y esto siempre, siempre, siempre!.

Aquí vengo a un segundo aspecto de la Iglesia como Cuerpo de Cristo. San Pablo dice que como los miembros del cuerpo humano, aunque diferentes y numerosos, forman un solo cuerpo, así nosotros fuimos todos bautizados mediante un solo Espíritu en un solo cuerpo.

Los conflictos, si no se superan bien, nos separan, nos separan de Dios. El conflicto puede ayudarnos a crecer, pero también nos puede dividir. Nosotros no vamos por el camino de las divisiones, de la lucha entre nosotros, ¡no! Todos unidos, todos unidos con nuestras diferencias, pero unidos, unidos siempre, ¡que ese es el camino de Jesús!

La unidad es superior a los conflictos, la unidad es una gracia que debemos pedir al Señor para que nos salve de las tentaciones, de las divisiones, de las luchas entre nosotros y del egoísmo, de los chismes".  Catequesis del Papa 19 junio 2013.

Oración al Cuerpo de Cristo

Ayúdanos, Señor, a ser miembros del Cuerpo de la Iglesia siempre profundamente unidos a Cristo; ayúdanos a no hacer sufrir el Cuerpo de la Iglesia con nuestros conflictos, nuestras divisiones, nuestros egoísmos; ayúdanos a ser miembros vivos vinculados entre sí por una sola fuerza, la del amor, que el Espíritu Santo derrama en nuestros corazones.

Papa Francisco.

Cuerpo de Cristo e Iglesia: qué es, oración y dónde se guarda – CARF

«Los miembros del cuerpo de Cristo siguen a Cristo, el cual es la cabeza de todos» (Efesios 1:22-23).

¿Dónde se guarda el cuerpo de cristo?

Cada vez que el sacerdote en la Santa Misa reza las palabras de la Consagración, se realiza el milagro de la Eucaristía; lo que antes era pan y vino ahora, bajo esa apariencia, está en Cuerpo y la Sangre de Cristo.

El sagrario es el lugar en que se reserva la santísima Eucaristía, Cuerpo de Cristo consagrado. Generalmente solo hay uno en cada iglesia u oratorio. Está colocado cerca del altar, en un lugar destacado, resguardado y apropiado para la oración. Un rincón que se identifica fácilmente por cualquier cristiano que entra en la Iglesia.

Ante el sagrario en el que está custodiado el Cuerpo de Cristo, ha de lucir constantemente una lámpara especial, con la que se indique y honre su presencia.

Guardamos el sagrado cuerpo de Cristo dentro de la Iglesia en un lugar inamovible, hecho de materia sólida no transparente, y cerrado, de manera que se evite al máximo el peligro de profanación.


Bibliografía

Catequesis del Papa del 19 de junio 2013.
OpusDei.org.
Catecismo de la Iglesia Católica.